Primera publicación el viernes, 1° de abril de 2011, 8:47 en alemán en www.letztercountdown.org

En la primera parte de las Sombras de los Sacrificios, ya di a conocer algo del secreto de qué realmente significan las ofrendas de los festivales, es decir, una cierta “provisión” del Espíritu Santo durante períodos específicos de emergencia. En esta segunda parte, vamos a tratar de averiguar qué tipo de emergencia nos espera en nuestro tiempo.

Refrescamos nuestra memoria una vez más sobre qué significan los animales mismos del sacrificio:

Cristo mismo fue el originador del sistema de culto judío, en el cual, mediante tipos y símbolos, se representaban [en el original en inglés: eran sombras de] las cosas espirituales y celestiales. Muchos olvidaron el verdadero significado de estas ofrendas; y la gran verdad de que por medio de Cristo solamente hay perdón para el pecado, se perdió para ellos. La multiplicación de las ofrendas de sacrificio, la sangre de becerros y carneros no podía quitar el pecado.

Había una lección implícita en cada sacrificio, impresa en cada ceremonia, solemnemente predicada por el sacerdote en su santo oficio, e inculcada por Dios mismo: que sólo por medio de la sangre de Cristo hay perdón de pecados. {7CBA 932, 933}

Una vez más, les advierto que no cometan el error de creer que tenemos que introducir estos antiguos ritos de nuevo en nuestro tiempo:

Aquello que era tipo y símbolo para los judíos es una realidad para nosotros. {PVGM 258}

Aprendemos del Espíritu de Profecía que los ritos judíos son profecías:

Todas las ceremonias de la ley judaica eran proféticas, simbolizaban misterios del plan de redención. {6CBA 1095}

Mediante las enseñanzas del servicio de los sacrificios, Cristo había de ser levantado ante todas las naciones, y cuantos le miraran vivirían. Cristo era el fundamento de la economía judía. Todo el sistema de los tipos y símbolos era una profecía compacta del Evangelio, una presentación en la cual estaban resumidas las promesas de la redención. {HAp 12}

Elena de White también nos dice que las fiestas del otoño tienen que cumplirse en nuestro tiempo de la misma manera que las fiestas de la primavera fueron cumplidas en el tiempo de Jesús:

Los argumentos basados en los símbolos del Antiguo Testamento indicaban también el otoño como el tiempo en que el acontecimiento representado por la “purificación del santuario” debía verificarse. Esto resultó muy claro cuando la atención se fijó en el modo en que los símbolos relativos al primer advenimiento de Cristo se habían cumplido.

La inmolación del cordero pascual prefiguraba la muerte de Cristo. San Pablo dice: “Nuestra pascua, que es Cristo, fue sacrificada por nosotros.” (1 Corintios 5: 7.) La gavilla de las primicias del trigo, que era costumbre mecer ante el Señor en tiempo de la Pascua, era figura típica de la resurrección de Cristo. San Pablo dice, hablando de la resurrección del Señor y de todo su pueblo: “Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.” (1 Corintios 15: 23.) Como la gavilla de la ofrenda mecida, que era las primicias o los primeros granos maduros recogidos antes de la cosecha, así también Cristo es primicias de aquella inmortal cosecha de rescatados que en la resurrección futura serán recogidos en el granero de Dios.

Estos símbolos se cumplieron no sólo en cuanto al acontecimiento sino también en cuanto al tiempo. El día 14 del primer mes de los judíos, el mismo día y el mismo mes en que quince largos siglos antes el cordero pascual había sido inmolado, Cristo, después de haber comido la pascua con sus 451 discípulos, estableció la institución que debía conmemorar su propia muerte como “Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” En aquella misma noche fue aprehendido por manos impías, para ser crucificado e inmolado. Y como antitipo de la gavilla mecida, nuestro Señor fue resucitado de entre los muertos al tercer día, “primicias de los que durmieron,” cual ejemplo de todos los justos que han de resucitar, cuyo “vil cuerpo” “transformará” y hará “semejante a su cuerpo glorioso.” (1 Corintios 15: 20; Filipenses 3: 21, V.M.)

Asimismo, los símbolos que se refieren al segundo advenimiento deben cumplirse en el tiempo indicado por el ritual simbólico. {CS 450,451}

Aprendiendo de la primavera para el otoño

Con el fin de apoyar la teoría de que el número de sacrificios para las fiestas del otoño representara una “porción” del Espíritu Santo por el gran tiempo de angustia (también llamado el tiempo de las plagas), primero tenemos que examinar lo que la historia nos enseña. Con base en los festivales de la primavera, podemos identificar algunas características de un “período de emergencia” que debe ser repetido de manera similar en nuestro tiempo:

1. Jesús todavía no había comenzado Su ministerio en el Santuario Celestial - respectivamente, en nuestro tiempo, Él saldrá del Santuario.
2. El Espíritu Santo no había llegado todavía - respectivamente, en nuestro tiempo, el Espíritu Santo será retirado (del mundo).

En Primeros Escritos al inicio del capítulo titulado El Sellamiento, podemos leer lo siguiente:

Al principiar el santo sábado 5 de enero de 1849, nos dedicamos a la oración con la familia del Hno. Belden en Rocky Hill, Connecticut, y el Espíritu Santo descendió sobre nosotros. Fui arrebatada en visión al lugar santísimo, donde vi a Jesús intercediendo todavía por Israel. En la parte inferior de su ropaje, llevaba una campanilla y una granada. Entonces vi que Jesús no dejaría el lugar santísimo antes que estuviesen decididos todos los casos, ya para salvación, ya para destrucción, y que la ira de Dios no podía manifestarse mientras Jesús no hubiese concluido su obra en el lugar santísimo y dejado sus vestiduras sacerdotales, para revestirse de ropaje de venganza. Entonces Jesús saldrá de entre el Padre y los hombres, y Dios ya no callará, sino que derramará su ira sobre los que rechazaron su verdad. Vi que la cólera de las naciones, la ira de Dios y el tiempo de juzgar a los muertos, eran cosas separadas y distintas, que se seguían, una a otra. También vi que Miguel no se había levantado aún, y que el tiempo de angustia, cual no lo hubo nunca, no había comenzado todavía. Las naciones se están airando ahora, pero cuando nuestro Sumo Sacerdote termine su obra en el santuario, se levantará, se pondrá las vestiduras de venganza, y entonces se derramarán las siete postreras plagas.

Vi que los cuatro ángeles iban a retener los vientos mientras no estuviese hecha la obra de Jesús en el santuario, y que entonces caerían las siete postreras plagas. {PE 36}

El pasaje correspondiente de la Biblia es:

En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. (Daniel 12:1)

Tengan en cuenta también Apocalipsis 19:

Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. (Apocalipsis 19:11-15)

En Orión, el caballo blanco representa el año 2014, después del cual las plagas comenzarán a caer. Esto sucederá cuando el reloj habrá hecho toda una vuelta desde 1846 hasta el año 2014, que se extiende desde el otoño de 2014 hasta el otoño de 2015. Entonces Jesús saldrá del Templo Celestial y el tiempo comenzará cuando tenemos que vivir ante el Padre sin Intercesor.

El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. (Apocalipsis 22:11)

Nos referimos a esto como el tiempo después de que se habrá cerrada la puerta de la misericordia (el cierre del tiempo de gracia), ya que a partir de ese momento nadie puede ser salvo excepto aquellos que fueron sellados previamente.

Al salir Jesús del lugar santísimo, oí el tintineo de las campanillas de su túnica. Una tenebrosa nube cubrió entonces a los habitantes de la tierra. Ya no había mediador entre el hombre culpable y un Dios ofendido. Mientras Jesús estuvo interpuesto entre Dios y el pecador, tuvo la gente un freno; pero cuando dejó de estar entre el hombre y el Padre, desapareció el freno y Satanás tuvo completo dominio sobre los finalmente impenitentes. Era imposible que fuesen derramadas las plagas mientras Jesús oficiase en el santuario; pero al terminar su obra allí y cesar su intercesión, nada detiene ya la ira de Dios que cae furiosamente sobre la desamparada cabeza del culpable pecador que descuidó la salvación y aborreció las reprensiones. En aquel terrible momento, después de cesar la mediación de Jesús, a los santos les toca vivir sin intercesor en presencia del Dios santo. Había sido decidido todo caso y numerada cada joya. Detúvose un momento Jesús en el departamento exterior del santuario celestial, y los pecados confesados mientras él estuvo en el lugar santísimo fueron asignados a Satanás, originador del pecado, quien debía sufrir su castigo.

Entonces vi que Jesús se despojaba de sus vestiduras sacerdotales y se revestía de sus más regias galas. Llevaba en la cabeza muchas coronas, una corona dentro de otra. Rodeado de la hueste angélica, dejó el cielo. Las plagas estaban cayendo sobre los moradores de la tierra. Algunos acusaban a Dios y le maldecían. Otros acudían presurosos al pueblo de Dios en súplica de que les enseñase cómo escapar a los juicios divinos. Pero los santos no tenían nada para ellos. Había sido derramada la última lágrima en favor de los pecadores, ofrecida la última angustiosa oración, soportada la última carga y dado el postrer aviso. La dulce voz de la misericordia ya no había de invitarlos. Cuando los santos y el cielo entero se interesaban por la salvación de los pecadores, éstos no habían tenido interés por sí mismos. Se les ofreció escoger entre la vida y la muerte. Muchos deseaban la vida, pero no se esforzaron por obtenerla. No escogieron la vida, y ya no había sangre expiatoria para purificar a los culpables ni Salvador compasivo que abogase por ellos y exclamase: “Perdona, perdona al pecador durante algún tiempo todavía.” Todo el cielo se había unido a Jesús al oír las terribles palabras: “Hecho está. Consumado es.” El plan de salvación estaba cumplido, pero pocos habían querido aceptarlo. Y al callar la dulce voz de la misericordia, el miedo y el horror invadieron a los malvados. Con terrible claridad oyeron estas palabras: “¡Demasiado tarde! ¡demasiado tarde!” {PE 280,281}

En aquel tiempo, el Espíritu Santo se habrá retirado completamente de la tierra;

El gran tiempo de angustia comienza después que termine el tiempo de gracia

Cuando Cristo acabe su obra mediadora en favor del hombre, entonces empezará ese tiempo de aflicción. Entonces la suerte de cada alma habrá sido decidida, y ya no habrá sangre expiatoria para limpiarnos del pecado. Cuando Cristo deje su posición de intercesor ante Dios, se anunciará solemnemente: “El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es sucio, ensúciese todavía; y el que es justo, sea todavía justificado; y el santo sea santificado todavía” (Apoc. 22:11). Entonces el Espíritu que reprime el mal se retirará de la tierra.-PP 199 (1890). {EUD 257}

Cuando él abandone el santuario, las tinieblas envolverán a los habitantes de la tierra. Durante ese tiempo terrible, los justos deben vivir sin intercesor, a la vista del santo Dios. Nada refrena ya a los malos y Satanás domina por completo a los impenitentes empedernidos. La paciencia de Dios ha concluido. El mundo ha rechazado su misericordia, despreciado su amor y pisoteado su ley; Los impíos han dejado concluir su tiempo de gracia; el Espíritu de Dios, al que se opusieran obstinadamente, acabó por apartarse de ellos. Desamparados ya de la gracia divina, están a merced de Satanás, el cual sumirá entonces a los habitantes de la tierra en una gran tribulación final. Como los ángeles de Dios dejen ya de contener los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de contención se desencadenarán. El mundo entero será envuelto en una ruina más espantosa que la que cayó antiguamente sobre Jerusalén. {CS 671,672}

Por lo tanto, durante este tiempo los santos tienen que vivir sin Mediador en un mundo sin el Espíritu Santo. Pero ¿significa eso que ellos mismos ya no tienen el Espíritu Santo? ¡No! De hecho, incluso han sido sellados con el Espíritu Santo:

Pronto oímos la voz de Dios, semejante al ruido de muchas aguas, que nos anunció el día y la hora de la venida de Jesús. Los 144,000 santos vivientes reconocieron y entendieron la voz; pero los malvados se figuraron que era fragor de truenos y de terremoto. Cuando Dios señaló el tiempo, derramó sobre nosotros el Espíritu Santo, y nuestros semblantes se iluminaron refulgentemente con la gloria de Dios, como le sucedió a Moisés al bajar del Sinaí.

Los 144,000 estaban todos sellados y perfectamente unidos. En su frente llevaban escritas estas palabras: “Dios, nueva Jerusalén,” y además una brillante estrella con el nuevo nombre de Jesús. {PE 15}

En el artículo El Poder del Padre, he demostrado que este es el momento en que los 144.000 recibirán la lluvia tardía. Sólo reciben esta “parte” del Espíritu Santo que los hace vírgenes prudentes para que tengan suficiente aceite en sus lámparas para esperar al novio. Ahora, el último y verdadero Clamor de Medianoche suena: “¡El Esposo viene!” Los preparativos de la boda del Cordero, que comenzaron en 1844, se acabarán pronto y la novia se habrá purificada a unirse con su marido. ¡Ahora es el momento de la efusión del suministro de emergencia del Espíritu Santo para el terrible tiempo de las plagas por la ira de Dios! Los que no entienden la voz de Dios de Orión se quedarán a oscuras, sin aceite para sus lámparas.

¿Durarán las plagas sólo dos semanas?

Porque este tiempo será tan horrible, por supuesto, algunos querrán saber cuánto tiempo durará. Tal vez voy a decir en un artículo posterior, qué la ira de Dios y las siete últimas plagas realmente son, porque incluso esto se puede entender ahora con la base de conocimiento de todos nuestros estudios. Es realmente tan terrible que incluso a mí me sorprendió, y tuvo que aferrarme firmemente a mi fe en Jesús cuando me di cuenta de que nadie puede sobrevivir esto sin protección absolutamente sobrenatural. Nuestro Dios es un fuego consumidor para los que no tengan Su sello y esta provisión de emergencia del Espíritu Santo.

Algunos hermanos me han escrito que ciertos líderes de varios países, entre ellos Werner Renz de “La Voz de Esperanza” alemana, dicen sin ninguna verdadera base bíblica de que el tiempo de las plagas tendrá una duración de sólo 15 o 30 días. Esto ya se puede clasificar como “falsa doctrina” porque la Biblia nos da indicios claros de la duración verdadera de las plagas. Se nos da la duración en tiempo profético en el capítulo 18 del Apocalipsis. En cuanto a la destrucción del Nuevo Orden Mundial con el papado controlándolo, dice:

por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; [de la gran Babilonia] muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga. (Apocalipsis 18:8)

O, ¿qué nos dice la descripción de lo que vendrá después del sexto sello?

porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? (Apocalipsis 6:17)

De acuerdo con el principio de día por año, esto nos da una clara indicación de la duración de las plagas: un año. Pero, de nuevo, vienen los burladores que dicen que Elena de White dijo que a partir de 1844 ya no hubiera tiempo profético. Pero eso sólo era válido para el período entre 1844 hasta el tiempo del derramamiento de la lluvia tardía y la llegada del cuarto ángel (ver El Poder del Padre).

¿Por qué tenemos esa misma especificación varias veces en los libros proféticos del Antiguo Testamento, cuando el tiempo profético ciertamente estaba válido?

Profecía sobre Babilonia, revelada a Isaías hijo de Amoz. ... Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso. ... He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros [= H3285, la misma palabra como para Orión] no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor. (Isaías 13:1;6;9-10)

Tenga en cuenta, ¡que Isaías menciona aquí de nuevo Orión y que no dará su luz en el tiempo de las plagas! Un hambre espiritual estará en la tierra que no puede ser satisfecho y nadie puede salvarse más.

 ¿Y qué dice Sofonías?

Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, ... Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra. (Sofonías 1:15;18)

Moisés en el libro de Job, Jeremías en sus Lamentaciones, Ezequiel en los capítulos 7 y 22, todos los grandes profetas sabían sobre el día de la ira de Dios; y eso es un año según el principio de interpretación válida de un día para un año en lo que respecta a estos libros.

Isaías lo dice incluso en texto claro:

Porque es día de venganza de Jehová, año de retribuciones en el pleito de Sion. (Isaías 34:8)

El rechazo de cualquier estudio de la profecía de tiempo, que ya cruza la frontera hacia el fanatismo, nos lleva a no comprender e interpretar incorrectamente los mensajes grandes e importantes de Jesús para nuestro tiempo. Esto permite a los profesores como Werner Renz de enseñar y adormecer a los miembros de la iglesia con una falsa sensación de seguridad. La hermana, que me escribió, dijo que ella no tendría que “prepararse” mucho para un corto tiempo de las plagas de sólo 15 días. Ella era una oyente diligente de Werner Renz. Ella creyó que “no sería tan malo y en todo caso sólo durará dos semanas”. Lejos de ello, como el estudio de los sacrificios del santuario mostrará. Si ella sólo hubiera sabido en aquel entonces cómo Dios destruirá la tierra, ella probablemente no habría apostatado a Sascha Stasch y los guardianes del sábado lunar. Estos falsos maestros pronto tendrán que responder a Jesús.

Muchos de los impíos se enfurecieron grandemente al sufrir los efectos de las plagas. Ofrecían un espectáculo de terrible agonía. Los padres recriminaban amargamente a sus hijos y los hijos a sus padres, los hermanos a sus hermanas y las hermanas a sus hermanos. Por todas partes se oían llantos y gritos como éstos: “Tú me impediste recibir la verdad que me hubiera salvado de esta terrible hora!” La gente se volvía contra sus ministros con acerbo odio y los reconvenía diciendo: “Vosotros no nos advertisteis. Nos dijisteis que el mundo entero se iba a convertir, y clamasteis: '¡Paz, paz!' para disipar nuestros temores. Nada nos enseñasteis acerca de esta hora, y a los que nos precavían contra ella los tildabais de fanáticos y malignos que querían arruinarnos.” Pero vi que los ministros no se libraron de la ira de Dios. Sus sufrimientos eran diez veces mayores que los de sus feligreses. {PE 281,282}

En realidad, hay cosas peores que los hermanos creen que el tiempo de las plagas durará sólo dos semanas. El truco de Satanás está en otra parte. Werner Renz anunció en su “mapa de los últimos días” en Austria frente a su grupo de mujeres, dejó en claro que no encajaría en la herejía de Orión y, por lo tanto, el Mensaje de Orión no podría provenir de Dios. ¡Y ahí tenemos el problema real! La poca luz que tienen es retirada de aquellos que estudian erróneamente, y consecuentemente cometen errores aún mayores. Es la voluntad de Satanás que rechazamos los mensajes verdaderos de Dios, que nos sostendrían en el gran tiempo de angustia, y por ello perecerán muchos de nosotros.

El informe de Ester nos da otro indicio de que las plagas tendrán una duración de un año.

Y vio Amán que Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba delante de él; y se llenó de ira. Pero tuvo en poco poner mano en Mardoqueo solamente, pues ya le habían declarado cuál era el pueblo de Mardoqueo; y procuró Amán destruir a todos los judíos que había en el reino de Asuero, al pueblo de Mardoqueo. En el mes primero, que es el mes de Nisán, en el año duodécimo del rey Asuero, fue echada Pur, esto es, la suerte, delante de Amán, suerte para cada día y cada mes del año; y salió el mes duodécimo, que es el mes de Adar. (Ester 3:5-7)

El exterminio planificado de todos los judíos por Amán representa un tipo del decreto de muerte que se emitirá contra el pueblo de Dios que guarda el sábado. El período entre la decisión y la ejecución es de aproximadamente un año. La suerte estaba echada en el primer mes y cayó a la mitad del mes duodécimo.

Elena G. de White conecta este evento bíblico con el tiempo de las plagas:

En el día señalado para su destrucción, “los judíos se juntaron en sus ciudades en todas las provincias del rey Assuero, para meter mano sobre los que habían procurado su mal: y nadie se puso delante de ellos, porque el temor de ellos había caído sobre todos los pueblos.” Ángeles excelsos en fortaleza habían sido enviados por Dios para proteger a su pueblo mientras éste se aprestaba “en defensa de su vida.” (Est. 9: 2, 16.)

Mardoqueo había sido elevado al puesto de honor que ocupara antes Amán. “Fue segundo después del rey Assuero, y grande entre los judíos, y acepto a la multitud de sus hermanos” (Est. 10: 3), pues procuró el bienestar de Israel. Así fue cómo Dios devolvió a su pueblo escogido el favor de la corte medo - persa, e hizo posible la ejecución de su propósito de devolverlos a su tierra. Pero transcurrieron todavía varios años, y fue solamente en el séptimo de Artajerjes I, sucesor de Jerjes el Grande, cuando un número considerable de judíos volvió a Jerusalén, bajo la dirección de Esdras.

Los momentos penosos que vivió el pueblo de Dios en tiempos de Ester no caracterizan sólo a esa época. El revelador, al mirar a través de los siglos hasta el fin del tiempo, declaró: “Entonces el dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo.” (Apoc. 12: 17.) Algunos de los que viven hoy en la tierra verán cumplirse estas palabras. El mismo espíritu que en siglos pasados indujo a los hombres a perseguir la iglesia verdadera, los inducirá en el futuro a seguir una conducta similar para con aquellos que se mantienen leales a Dios. Aun ahora se están haciendo preparativos para ese último gran conflicto.

El decreto que se promulgará finalmente contra el pueblo remanente de Dios será muy semejante al que promulgó Asuero contra los judíos. Hoy los enemigos de la verdadera iglesia ven en el pequeño grupo que observa el mandamiento del sábado, un Mardoqueo a la puerta. La reverencia que el pueblo de Dios manifiesta hacia su ley, es una reprensión constante para aquellos que han desechado el temor del Señor y pisotean su sábado.

Satanás despertará indignación contra la minoría que se niega a aceptar las costumbres y tradiciones populares. Hombres encumbrados y célebres se unirán con los inicuos y los viles para concertarse contra el pueblo de Dios. Las riquezas, el genio y la educación se combinarán para cubrirlo de desprecio. Gobernantes, ministros y miembros de la iglesia, llenos de un espíritu perseguidor, conspirarán contra ellos. De viva voz y por la pluma, mediante jactancias, amenazas y el ridículo, procurarán destruir su fe. Por calumnias y apelando a la ira, algunos despertarán las pasiones del pueblo. No pudiendo presentar un “Así dicen las Escrituras” contra los que defienden el día de reposo bíblico, recurrirán a decretos opresivos para suplir la falta. A fin de obtener popularidad y apoyo, los legisladores cederán a la demanda por leyes dominicales. Pero los que temen a Dios no pueden aceptar una institución que viola un precepto del Decálogo. En este campo de batalla se peleará el último gran conflicto en la controversia entre la verdad y el error. Y no se nos deja en la duda en cuanto al resultado. Hoy, como en los días de Ester y Mardoqueo, el Señor vindicará su verdad y a su pueblo. {PR 443-445}

Las plagas vendrán “en un solo año” y el decreto de muerte estará promulgado durante unos 12 meses antes de su ejecución. Pero ¿de cuántos días se compone exactamente el indicado “año”? El año judío tenía 12 meses lunares, y a veces 13 si un mes bisiesto era necesario. Eso serían 360 o 390 días. ¿O se trata de un año solar? Eso serían 365 días.

¿Y cómo calculamos el viaje de siete días de Jesús rumbo a nosotros?

Los 144,000 exclamaron “¡Aleluya!” al reconocer a los amigos que la muerte había arrebatado de su lado, y en el mismo instante nosotros fuimos transformados y nos reunimos con ellos para encontrar al Señor en el aire. Juntos entramos en la nube y durante siete días fuimos ascendiendo al mar de vidrio, donde Jesús sacó coronas y nos las ciñó con su propia mano. Nos dio también arpas de oro y palmas de victoria. {PE 16}

Si el viaje con Jesús volviendo al mar de vidrio tarda siete días, entonces el viaje de Jesús con las huestes angélicas para venir y arrebatarnos también tarda siete días. ¿Tenemos que restarlos del año o añadirlos? ¿Cómo lo sabemos? Eso no está en la Biblia, ¿es cierto? Y quién sabe, ¿tal vez Werner Renz aún tiene la razón? Todo es un poco vago, ¿no?

Ahora vamos a obtener la prueba bíblica de que Werner Renz está equivocado junto con muchos otros que han embarcado ese tren. No estoy seguro de lo que Walter Veith quería decir en su nueva serie de conferencias cuando habló de la nave a Roma con el apóstol Pablo, dando a entender que las 14 noches de Hechos 27:27 son probablemente muy “típicas” para este último tiempo. Tuve una extraña sensación de que hablaba sobre el tiempo de las plagas. No explicó el tema en detalle. Sólo espero que no sucumba al error de Renz, porque ahora vamos a obtener las respuestas a todas las preguntas anteriores y ver exactamente cuántos días el año de las plagas tendrá, y si los siete días están incluidos o excluidos.

La calculación de la provisión para el otoño

Las fiestas de otoño comenzaron el primer día del séptimo mes con la Fiesta de las Trompetas. Aquí, desde el principio tenemos un pequeño problema. Debemos preguntarnos si los sacrificios de la fiesta de luna nueva tienen que ser incluidos o no. Esto es difícil de contestar con nuestro estado actual de conocimiento. Una vez que vemos el resultado, es fácil entender que los sacrificios de luna nueva no cuentan en esta ocasión, y también lo vamos a saber por la tercera parte de la serie de las sombras (donde el resultado será confirmado una vez más).

También se puede llegar a la conclusión a través el texto bíblico, y desde la lógica de las fiestas. Los sacrificios de luna nueva del primer mes también no contaban. Sin embargo, no estaban en el mismo día, como es el caso de la Fiesta de las Trompetas. De acuerdo con la manera judía de pensar, el comienzo del mes tuvo que ser detectado primero y después la fiesta podía comenzar. Por lo tanto, el sacrificio de la luna nueva lógicamente tuvo lugar antes de la primera fiesta de los festivales de otoño. Las fiestas de otoño aún no habían comenzado con la luna nueva, sino sólo con la primera ofrenda para la Fiesta de las Trompetas. Por eso, expliqué en la primera parte de las “Sombras de Sacrificios”, que queremos considerar sólo las ofrendas “en el tiempo central” de las fiestas.

Asimismo, el texto bíblico nos dice exactamente lo que era parte de los sacrificios festivos y lo que no era. Por favor, vuelva a leerlo una vez más. En las fiestas de primavera, siempre encontramos lo que fue excluido de la ofrenda del festival en las instrucciones:

1. Los siete días de la fiesta de los Panes sin Levadura: Conforme a esto ofreceréis cada uno de los siete días, vianda y ofrenda encendida en olor grato a Jehová; se ofrecerá además del holocausto continuo, con su libación. (Números 28:24)

2. La fiesta de las Semanas (Pentecostés): Los ofreceréis, además del holocausto continuo con sus ofrendas, y sus libaciones; serán sin defecto. (Números 28:31)

3. Para la fiesta de Pascua y la fiesta de la Gavilla Mecida era claro que las ofrendas (el Cordero de Pascua y la Gavilla de los Primeros Frutos) sólo se aplicaban a estas fiestas.

El texto bíblico explica en detalle para la Fiesta de las Trompetas (y para todos los festivales siguientes del otoño), cuáles ofrendas pertenecen al festival y cuáles no. Justo para la Fiesta de las Trompetas tenemos el único texto, que excluye los sacrificios de luna nueva de forma explícita:

además del holocausto del mes y su ofrenda, y el holocausto continuo y su ofrenda, y sus libaciones conforme a su ley, como ofrenda encendida a Jehová en olor grato. (Números 29:6)

El festival de la luna nueva en el tiempo de espera a Pentecostés, sin embargo, cayó en el “período central de las fiestas de primavera” y no fue excluido por el texto bíblico y debe ser contado.

Los siguientes diagramas muestran todas las ofrendas festivas para las fiestas de otoño comenzando con la Fiesta de las Trompetas, que simboliza el Clamor de Medianoche de Miller:

Fue seguida por la mayor fiesta del año, Yom Kipur, el Día de la Expiación, que simboliza el día del juicio celestial, que juega un papel especial en la historia adventista. Por causa que el segundo ángel se unió al primer ángel, se sabe que comenzó el 22 de octubre de 1844. Por desgracia, está más allá del conocimiento de la mayoría de los adventistas que este Día del Juicio ahora pronto llegará a su fin:

Los siete días de la Fiesta de los Tabernáculos siguieron. Su significado, he descrito en la primera parte de las “Sombras de los Sacrificios”: nuestra peregrinación por el desierto durante 120 años desde 1890 hasta 2010. De repente, hay un número muy elevado de Becerros y corderos:

Tengan en cuenta que, en cada día del festival, el número de los becerros se reduce por un animal, mientras que las cantidades de los carneros y corderos permanecen constantes:

En los siete días de la Fiesta de los Tabernáculos, encontramos una armonía especialmente hermosa. Se nos demuestra un cuento regresivo divino. A partir de 13 becerros, el número de los becerros disminuye cada día de la fiesta por uno, hasta que el número de la perfección se alcanza: 7. Elena de White lo expresa de esta manera:

Pedro, creyendo cumplir la enseñanza de Cristo, pensó extenderlas a siete, el número que significa la perfección. Pero Cristo enseñó que nunca debemos cansarnos de perdonar. No “hasta siete -dijo él-, mas aun hasta setenta veces siete”. {PVGM 190}

En el mismo momento, el número total de animales sacrificados disminuye de 30 a 24. 24 es el número de los dos pactos que Dios hizo con la humanidad. Las 12 tribus del antiguo Israel y las 12 tribus del Israel espiritual, o sea los 144.000 que serán el remanente (ver Apocalipsis 7:4-8).

¿No es esto una otra referencia a la fórmula básica del Reloj de Dios en Orión, “7 por 24”? ¿Podría ser que Dios siempre quiere apuntar a una fase de purificación específica de Su iglesia con 7 períodos de 24 años? ¿Es posible que hemos pasado por alto algo en Orión, o que todavía hay algo más en los tipos de las fiestas que todavía no hemos descubierto, porque el reloj de Orión no muestra períodos de tiempo de 24 años?

En el último día de la Fiesta de los Tabernáculos, “Shemini Atzeret”, las fiestas de otoño terminan, y volvemos a encontrar los mismos números como antes en la Fiesta de las Trompetas y el Día de la Expiación:

Que nos queda por hacer, es sumar todas las ofrendas de los festivales del otoño, como ya lo hemos hecho para las fiestas de la primavera:

Resultan 372 porciones de 1/10 de un efa de harina fina. Con esta cantidad, se puede hornear 372 panes de provisión mezclados con el “Espíritu Santo”. Si vamos a dividir esta suma como antes por la ración diaria de 3 barras de pan, recibiríamos 372 ÷ 3 = 124. Por lo tanto, el “año de las plagas” sólo duraría un poco más de 4 meses. ¿Puede ser cierto?

¡Por supuesto que no! Una vez más, hemos olvidado algo crucial.

Recordemos la tabla de raciones diarias de la primera parte de las “Sombras de los Sacrificios”:

Las raciones consistían en el sacrificio por el pueblo (2/10 al día) y el sacrificio de los sacerdotes (1/10 al día). Y con toda la razón las aplicábamos al tiempo de los apóstoles cuando Jesús acababa de resucitar, ya que el tiempo de gracia para el pueblo judío aún no se había cerrado. La profecía de las setenta semanas nos dijo que el Mesías iba a ser muerto en medio de la septuagésima semana:

Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí;... Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. ... (Daniel 9:26-27)

Es de conocimiento común de los adventistas que el período de gracia para el pueblo judío siguió durante 3 años y medio, hasta que los judíos también apedreaban a Esteban en el año 34 d.C. Por lo tanto, la suma de los sacrificios diarios para el pueblo y los sacerdotes juntos era la cantidad correcta de la ración de emergencia diaria de las fiestas de primavera como el tipo para el tiempo de la espera a Pentecostés y la lluvia temprana.

Pero ¿qué pasa con el tiempo de las plagas en el fin de la historia? Aquí - como ya se ha ilustrado - el tiempo de gracia ya se ha acabado. La puerta de la redención de la humanidad se habrá cerrado. Sólo un grupo reducido de “sacerdotes” de Dios, los 144.000, van a sobrevivir a este tiempo, sostenidos por la gracia de Dios y equipados con el suministro de emergencia sacerdotal del Espíritu Santo:

Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. (Éxodo 19:5-6)

Tan pronto como la purificación del santuario se habrá terminado, Dios tendrá un pueblo purificado, que se considera como un pueblo sacerdotal. Sólo ellos serán sellados, sólo para ellos es esta parte específica del Espíritu Santo, y sólo en ellos puede vivir el Consolador, porque sólo ellos habrán sido los vasos puros para la recepción de la tercera Persona del Consejo Divino. El símbolo de la ración diaria de este pueblo muy especial de los 144.000 al final de la historia es la porción de 1/10 de un efa, o una barra de pan al día, 1/20 por la mañana, 1/20 por la tarde. No necesitan más para sobrevivir este tiempo terrible, porque ellos ya han alcanzado un cierto nivel de santificación.

La fórmula para el cálculo de la duración total para la que hay suficiente suministro de emergencia, es, por lo tanto:

372 barras de pan ÷ 1 barra de pan por día = 372 días

Y ahora se tornó muy fácil de contestar nuestras preguntas anteriores.

1. ¿Cuánto tiempo exactamente durará el año de las plagas? Respuesta: Por un año solar de acuerdo con “Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.” (Génesis 1:14-16) Un año solar tiene una duración promedia de 365 días. Y esto corresponde exactamente con el día (por año) que viene después de los últimos tres sellos, como se indicaba por el Orión.

2. Si restamos este año de nuestras raciones totales de 372 barras de pan, llegamos a 372 días - 365 días = 7 días. Antes que comenzaran las plagas a caer, se cerrará la puerta de la gracia según el modelo de Noé y su arca, 7 días antes de la “lluvia”. Aun para estos 7 días de espera a las plagas, los 144.000 tendrán suficiente suministro, o sea el Espíritu Santo lo suficiente para cubrir también este tiempo de prueba después de que el tiempo de gracia para toda la humanidad haya terminado.

Por lo tanto, los 144.000 sellados tendrán una provisión total de 372 unidades de pan para el año de las plagas. La duración total como se especifica en la Biblia será... 365 días después de los últimos tres sellos a partir de otoño 2015, más los siete días para los días proféticos de espera de Noé.

Dios es perfecto y también lo es Su matemática, y los tipos que Él nos ha dado. Y lo hace una gran diferencia si estudiamos estas cosas con o sin el Espíritu Santo. Antes de 2010, estas perspicacias maravillosas estaban escondidas de nuestros ojos, y es excusable para cada maestro adventista si previamente estaba en el error. Pero quienquiera todavía sigue rechazando tercamente estos estudios armoniosos hoy día, simplemente porque no quiere admitir que se había equivocado, recibirá con razón diez veces la ira de Dios, pues él lleva a los demás a la duda y en síntesis perecerán a causa de él.

El soplo de Dios

Como se destacó brevemente en la primera parte, todavía tenemos un problema específico que debemos resolver ahora al final de esta segunda y última parte de las “Sombras de los Sacrificios”. Jesús abolió todos los sacrificios con Su muerte en la cruz. Por supuesto ellos eran sólo sombras, tipos y profecías. Pero, aun así, la lógica y la tipología deben corresponder perfectamente. Jesús siempre es exacto en todo lo que hacía y decía, y todo está en perfecta armonía.

Entonces, ¿cómo era posible que los apóstoles recibiesen su porción del Espíritu Santo que les permitiría aguantar hasta la llegada del Consolador mientras todos los sacrificios ya habían sido abolidos en el primer día de las fiestas de la primavera, en el día de la Pascua? La sangre de los sacrificios ya no era válida. Y Jesús no había comenzado Su servicio en el Santuario Celestial. Por 1.500 años, las víctimas habían apuntado a una parte particular del Espíritu Santo que se necesitaría en el año 31 d.C. y justo en ese año 31 d.C., los sacrificios fueron invalidados y el servicio de intercesión no había comenzado antes de Pentecostés. ¡Tenía que haber algo más! ¿Pero qué?

Hemos leído lo que sucede cuando el Espíritu Santo está ausente. Reina la desesperación. Y eso es exactamente lo que sucedió a los apóstoles cuando Jesús estaba en la tumba.

Jesús había intentado varias veces descorrer el velo del futuro ante sus discípulos, pero ellos no se habían interesado en pensar en las cosas que él decía. Por causa de esto, su muerte los había sorprendido; y ellos, al recapitular el pasado y ver el resultado de su incredulidad, se llenaron de tristeza. Cuando Cristo fue crucificado, no creyeron que resucitaría. Él les había dicho claramente que se levantaría al tercer día, pero ellos, perplejos, deseaban saber qué quería decir. Esta falta de comprensión los dejó enteramente desesperados en ocasión de su muerte. Quedaron amargamente chasqueados. Su fe no traspasaba las sombras que Satanás había arrojado a través del horizonte de ellos. Todo les parecía vago y misterioso. Si hubieran creído las palabras del Salvador, ¡cuánta tristeza hubieran podido evitar!

Aplastados por el desaliento, la pena y la desesperación , los discípulos se reunieron en el aposento alto, y cerraron y atrancaron las puertas, temiendo que pudiera sobrevenirles la misma suerte de su amado Maestro. Fue allí donde el Salvador, después de su resurrección se les apareció. {HAp 21,22}

Si el Consolador está ausente, reinan la confusión, la falta de comprensión, y la absoluta desesperación. Todo parece vago y misterioso. La tristeza, la desesperación, el dolor y el miedo impiden el crecimiento espiritual.

Lo contrario es el caso cuando el Espíritu Santo mora en nosotros. Él nos guía a toda verdad, da claridad, alivia el dolor, quita el miedo por la fe y no permite que nos ahogáramos en la tristeza, el dolor y la desesperación.

Esta parte les faltaba a los discípulos hasta el día en que Jesús resucitó. Pero ¿fue sólo la presencia de Jesús, que les liberó de este estado de desesperanza? No, había algo más. Hay que leer el relato bíblico con mucho cuidado cuando buscamos la sustitución de la ración de emergencia para el tiempo de espera hasta el derramamiento del Espíritu Santo. En el Evangelio de Juan, lo encontraremos. Cuando el Señor había resucitado, Él apareció a los discípulos en el aposento alto:

Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. ... Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. (Juan 20:19, 21-22)

Muchos nunca han entendido el significado exacto de esta escena. Si el Señor de todos modos enviaría al Espíritu Santo como Consolador dentro de 50 días, ¿por qué soplara sobre los apóstoles en Su resurrección el Espíritu Santo? Pero ahora, después de nuestro estudio de las raciones de emergencia, todo esto está claramente por delante de nuestros ojos. Fue esta falta de provisión para el tiempo de espera, la cual Jesús sopló sobre los apóstoles. En los casi dos días desde la crucifixión, habían sufrido terriblemente. No habían obtenido su “ración de emergencia”. Por lo tanto, era una acción urgente de Jesús por respirar Su Espíritu sobre ellos. Esta no era la Persona del “Espíritu Santo”, que debía ser enviado en Pentecostés, porque Él ni siquiera podía venir hasta que Jesús había comenzado Su servicio en el Santuario Celestial, sino Él les fortaleció por el espíritu de Jesús mismo. Los antitrinitarios en nuestras filas mezclan todo esto y hay una gran confusión entre ellos.

Durante cuarenta días, Jesús estaba todavía junto a sus discípulos y les enseñó:

Durante estos días que Cristo pasó con sus discípulos, obtuvieron ellos una nueva experiencia. Mientras oían a su amado Señor explicando las Escrituras a la luz de todo lo que había sucedido, su fe en él se estableció plenamente. Llegaron al punto de poder decir: “Yo sé a quién he creído.” (2 Tim. 1: 12.) Comenzaron a comprender la naturaleza y extensión de su obra, a ver que habían de proclamar al mundo las verdades que se les habían encomendado. Los sucesos de la vida de Cristo, su muerte y resurrección, las profecías que señalaban estos sucesos, los misterios del plan de la salvación, el poder de Jesús para perdonar los pecados, ­de todas estas cosas habían sido testigos, y debían hacerlas conocer al mundo. Debían proclamar el Evangelio de paz y salvación mediante el arrepentimiento y el poder del Salvador. {HAp 22}

Estos cuarenta días son representativos de la época en la que nosotros recibiremos nuestras raciones de “Espíritu Santo”, y Jesús nos prepara para el Fuerte Clamor. Este tiempo es AHORA. Ha comenzado en la primavera de 2010 y terminará con el anuncio de las leyes dominicales. Aquellos, pues, que no habrán sido enseñados y reforzados por Jesús y sus maravillosos mensajes directamente desde Su trono, irrevocablemente no habrán recibido el “refrigerio de la presencia de Dios”.

Y nuestro Señor dejó algo más para nosotros, que íbamos a ser capaces de saber que ese momento ha llegado en estos momentos. Copiando los versos de la escena de la primera aparición de Jesús en el aposento alto, he dejado de lado un verso a propósito, con el fin de presentarlo a ustedes un poco más tarde. Esta frase nos muestra dónde estamos exactamente en el flujo del tiempo de la profecía y los tipos de los sacrificios sombríos. Muchos de ustedes se regocijarán cuando el Espíritu Santo les hará comprender esta enseñanza, porque ustedes aprenderán que realmente tienen que seguir al Cordero por dondequiera que va, si quieren formar parte de los 144.000 (Apocalipsis 14:4).

No era la primera cosa que Jesús hizo cuando sopló sobre los discípulos y les dio el refrigerio de Su espíritu. Hay algo que sucedió antes. En Su aparición, Jesús les había deseado la paz y entonces Él se identificó con un gesto especial:

Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. (Juan 20:19-20)

En primer lugar, antes de que Jesús soplara sobre ellos Su espíritu, Él mostró a los discípulos Sus heridas. Porque sólo después de que finalmente “se regocijaron viendo al Señor” y habían reconocido que en realidad era Él que estaba hablando con ellos, Jesús les proporcionaría Su espíritu. Sólo aquellos que reconocen a Jesús por Sus heridas, recibirán el refrigerio antes de la hora de la tribulación, lo que les permitirá aguantar todas las pruebas sin desesperación, confusión y desesperanza.

Y todos los que lean el estudio de Orión y conocen las diapositivas de 169 a 178, saben por dónde nuestro Señor Jesús nos muestra en este mismo momento Sus heridas y nos dice: “Paz a vosotros: Como me envió el Padre, así también yo os envío. Recibid el Espíritu Santo.”

¿Reconoces tú Su voz? ¿Sabes de dónde viene?

Pronto oímos la voz de Dios, semejante al ruido de muchas aguas, que nos anunció el día y la hora de la venida de Jesús. Los 144,000 santos vivientes reconocieron y entendieron la voz; pero los malvados se figuraron que era fragor de truenos y de terremoto. Cuando Dios señaló el tiempo, derramó sobre nosotros el Espíritu Santo, y nuestros semblantes se iluminaron refulgentemente con la gloria de Dios, como le sucedió a Moisés al bajar del Sinaí. {PE 15}

¿Se ilumina tu rostro cuando lees esto y arde el deseo en ti para dar la buena nueva de la inminente venida de nuestro Señor a los demás, para que ellos también reciban sus raciones de supervivencia?

¿O estás con Tomás, que era un caso diferente?

Muchos aficionados a la duda se disculpan diciendo que si tuviesen las pruebas que Tomás recibió de sus compañeros, creerían. No comprenden que no solamente tienen esa prueba, sino mucho más. Muchos que, como Tomás, esperan que sea suprimida toda causa de duda, no realizarán nunca su deseo. Quedan gradualmente confirmados en la incredulidad. Los que se acostumbran a mirar el lado sombrío, a murmurar y quejarse, no saben lo que hacen. Están sembrando las semillas de la duda, y segarán una cosecha de duda. En un tiempo en que la fe y la confianza son muy esenciales, muchos se hallarán así incapaces de esperar y creer. {DTG 748}

La lluvia tardía está cayendo desde la primavera de 2010. ¿Ya la recibiste en fe, y has seguido a Jesús al Lugar Santísimo en el Santuario Celestial, del cual Él muestra Sus heridas a todo el mundo, para que nadie tenga una excusa, sobre todo, los adventistas que deberían haber reconocido la voz de su Señor que viene del Orión?

Este es el final de los estudios preparatorios para la probablemente última parte de estos estudios. Ese confirmará una vez más, todo lo que Orión ya había mostrado, y aún más, porque el tiempo se está acabando. El Santuario Celestial se refleja en su contraparte terrenal. ¡La voz de Jesús también suena desde allí! Pero ¿quién va a escuchar, para que Su sacrificio verdadero, que estaba siempre señalado por todos los sacrificios sombríos, no fue en vano?